Opera Aperta, de Tatiana Bilbao y MAIO Architects, un espacio vivo

Opera Aperta

Lo que a simple vista es una ruina, para Tatiana Bilbao significa una oportunidad, no sólo de restauración de un inmueble, sino también para mejorar el tejido social, darle nueva vida a la comunidad y, lo más enriquecedor, que la gente haga suyo ese espacio.

Bajo la idea de poner al ser humano en el centro, entender la necesidad de relacionarse con otros y cuidar “la casa común” en armonía con el entorno, la arquitecta mexicana dijo en entrevista que aceptó la invitación de intervenir el Complejo de Santa Maria Ausiliatrice, de Venecia, Italia —que data del siglo XI—, el espacio elegido por la Santa Sede para presentarse en la edición 19 de la Bienal de Venecia.

Bilbao en colaboración con MAIO Architects concibieron el proyecto Opera Aperta como un proceso de intervención estética en el que la comunidad, el entorno histórico y la apropiación presente y futura se entrelacen en una sola experiencia para que la gente llegue ahí a estudiar, escuchar música, conversar, cuidar, comer y beber, o simplemente para observar el proceso de recuperación del inmueble.

Se trata, indicó Bilbao, de “un proceso de regresar a la sociedad un espacio vivo y darle herramientas para que ella pueda involucrarse en estos procesos de restauración física y social”.

Recordó que lo primero que hicieron ella y MAIO Architects fue hablar con la comunidad y preguntar “qué necesitaba, qué quería o qué se imaginaba de este espacio”.

Fue así que terminaron contactando al Conservatorio de Música, que en esos momentos buscaba un nuevo espacio.

SURGE LA IDEA DE CREAR TALLERES DE RESTAURACIÓN PARA EL PÚBLICO

En medio de la obra de restauración del complejo, con los andamios y capas protectoras para evitar que algún material pudiera lastimar a los visitantes y estudiantes de música, se instalaron pianos y otros instrumentos.

También surgió la idea de crear talleres de restauración para el público, a través de la alianza con la asociación de restauradores de Italia, como una manera de entender la importancia de la restauración de un espacio arquitectónico, ligar lo que sucede en el pabellón a la par que los visitantes aprenden a tratar el mármol, cómo se interviene una madera o cómo se repara un terrazo –material de construcción compuesto por guijarros de piedra conglomerados con cemento– de los años sesenta, que, “además es el piso que tienen en sus casas”.

Para Tatiana Bilbao no sólo se busca transmitir conocimientos a las personas, sino generar un sentido de apropiación, es decir, la posibilidad de participar activamente en la recuperación del entorno.

Otro de los elementos significativos de Opera Aperta, señaló la arquitecta, es la cocina abierta, “un espacio que une a todos: al visitante que acude a la Bienal de Venecia con el vecino, con quien viene al taller y con quien trabaja aquí”.

Tatiana Bilbao es enfática al señalar la importancia de “entendernos como una sociedad en colectivo” y siendo fiel a su enfoque social, humanista y colaborativo, junto con sus socios han emprendido una nueva aventura: realizan el diseño arquitectónico de la Utopía de la alcaldía Tláhuac, “porque uno de nuestros temas centrales es el de cuidados: cuidado a la tierra, al ser humano y a la comunidad, entonces, sí, decidimos entrarle”.