Mis Memorias

Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro: José Martí Pérez, escritor y político cubano.
Recientemente decidí plasmar en un libro algunos hechos y anécdotas que tuve la oportunidad de vivir a través de 52 años de ejercer el periodismo escrito, algunas situaciones en las que estuve a punto de perder la vida y otras chuscas en las que me vi involucrado.
Escribir estas memorias es beneficioso para el autor, pues se experimenta al llevarlas al papel una especie de catarsis, y para el lector que conoce al autor personalmente son valiosas, tanto a los compañeros que se desempeñaron en el periodismo escrito, como a familiares y amigos, pues alcanzan a comprender no sólo el cómo, sino también el porqué de ciertas actitudes.
Compartir mis memorias que contengan mis anécdotas, algunas irreverentes, es un paso mucho mayor que una autobiografía, ya que envuelven historias y dan oportunidad al lector de recordar al autor, cada vez que lo lee.
De hecho es un regalo para familiares y amigos ya que no es necesario que ambas partes estén reunidas para que el lector se sienta conectado con el autor.
Estas memorias que me permití intitular “¡Ay sombra no te me vengas… déjame rezarte un Credo!, lo hice específicamente para recordar a ese gran periodista ya fallecido Juan Mireles Calderón, que lo exclamaba, cuando algo lo asombraba.
En el curso de este mes, presentaré estas memorias, evento al que invitaré, a familiares, amigos y a compañeros que a lo largo de 52 años me han acompañado en esta gran aventura del periodismo escrito. Pues como decía ese gran novelista colombiano Gabriel García Márquez “El periodismo es el mejor oficio del mundo”.
Desde estas páginas que me otorga la directora de Mundo Económico y Político, Rosaro Gómez Flores, me permito mostrar mi agradecimiento a dos grandes periodistas, Rosa Ana Duque Cázares y Miguel Mora Martínez que me hicieron el gran favor de crear el Prólogo y la Presentación respectivamente.
A lo largo de estos 76 años creí que podría abrazar el sacerdocio o que sería un destacado médico, pero por azares del destino caí en las satisfactorias “garras” del periodismo, donde me he sentido plenamente realizado y como he plasmado en las páginas de estas memorias, como todos los de mi generación, estudié en la calle, pues en ese tiempo no había Escuelas de Comunicación.
Para los lectores de Mundo Económico y Político quiero hacer un resumen del contenido de estas memorias.
En las primeras páginas narro algunos hechos de mi niñez y cómo me inicié en el periodismo y en los capítulos subsiguientes recreo para el lector algunas situaciones en la en que estuve a punto de morir, desde que policías militares me encañonaron junto con mi fotógrafo, durante dos horas con sus pistolas calibre 45, al confundirnos con guerrilleros de la Liga 23 de Septiembre, el hecho de haber sufrido una descarga eléctrica de la que milagrosamente resulte solo con graves quemaduras, hasta mis vivencias en terrible temblor de 1985.
Narro también la experiencia de haber participado en la fundación del Periódico Momento, La Razón del Altiplano y La Razón de San Luis y cómo gracias al apoyo de ese otro gran periodista Ignacio Rosillo Sánchez, me relacioné en periódicos como El Mercurio, de Ciudad Victoria, Tamaulipas y como tuve la oportunidad de ser el brazo derecho de su hijo Ignacio Rosillo Rodríguez en el periódico El Sol del Norte, en la ciudad de Saltillo, Coahuila.
Aparece en las páginas, la intención de Raúl Salinas de Gortari, hermano del ex presidente Carlos, de adquirir para sus propios fines y a través de terceras personas el periódico Momento, que había sido requisado por la entonces Procuraduría General de la República, a su dueño Ramón Cervantes Verástegui.
Menciono como los directores depositarios que nombró la PGR, robaron a manos llenas los recursos económicos del periódico Momento y como lo entregaron a su dueño endeudado con más de 20 millones de pesos, pues durante el tiempo en que estuvo bajo la égida de la PGR, nunca aportaron un cinco a la federación por concepto de impuestos, aportaciones patronales al IMSS y al INFONAVIT.
Y claro las situaciones chucas que a lo largo de todo este tiempo me ocurrieron y de las cuales cada que las recuerdo con los amigos nos hacen reír a carcajadas.
Ojalá y estas vivencias le den al lector algunos momentos de esparcimiento y las nuevas generaciones de comunicadores tomar de esas páginas alguna enseñanza, por más breve que sea.
Es cuanto.