Maduro califica de ‘crimen alevoso’ el ataque estadounidense contra una embarcación, mientras Trump anuncia otro

El ataque mortal que el presidente Donald Trump ordenó a principios de mes contra lo que dijo que era un barco venezolano de contrabando de drogas fue un “crimen alevoso”, dijo el lunes el presidente de Venezuela, justo antes de que Trump se jactara de haber destruido una segunda embarcación.
En declaraciones a la prensa en Caracas, el dirigente venezolano, Nicolás Maduro, dijo que el ataque del 2 de septiembre, en el que murieron 11 personas, violó las leyes estadounidenses e internacionales. Si Estados Unidos creía que los pasajeros de la embarcación eran narcotraficantes —como han afirmado funcionarios estadounidenses—, deberían haberlos capturado, dijo.
Maduro calificó la acción de “un ataque de carácter militar sobre unas personas civiles que no estaban en guerra y no estaban amenazando militarmente a ningún país” y afirmó que Estados Unidos intentaba inducir a Venezuela a una “gran guerra”. El objetivo estadounidense, según Maduro, era “un cambio de régimen por el petróleo”, y no la interdicción de drogas, que el gobierno de Trump ha dicho que es un objetivo principal en la región.
Poco después de hablar, Trump anunció en las redes sociales que el ejército estadounidense había ejecutado otro ataque el lunes por la mañana “contra cárteles del narcotráfico y narcoterroristas identificados positivamente y extraordinariamente violentos” en aguas internacionales, en dirección a Venezuela. El ataque mató a tres personas, dijo. Justificó el segundo ataque, como el primero, diciendo que los cárteles que transportan drogas representan una amenaza para la seguridad nacional estadounidense.
No hubo una respuesta inmediata del gobierno de Maduro sobre el ataque más reciente.
Los acontecimientos del día marcaron una continua escalada de las tensiones entre ambos países. Estados Unidos comenzó a trasladar buques de guerra y soldados al Caribe, cerca de Venezuela, a finales de agosto, una medida que Trump ha dicho que tiene por objeto contrarrestar el narcotráfico y proteger las vidas estadounidenses de los narcóticos ilícitos, lo que incluye a la cocaína y el fentanilo.
“ATENCIÓN: SI TRANSPORTAS DROGAS QUE PUEDEN MATAR A ESTADOUNIDENSES, TE ESTAMOS CAZANDO”, escribió en su plataforma Truth Social.
En un comunicado, Anna Kelly, vocera de la Casa Blanca, dijo que Trump, al ordenar el primer ataque, había “actuado de acuerdo con las leyes de los conflictos armados para proteger a nuestro país de quienes intentan traer veneno a nuestras costas”.
“Los malvados narcoterroristas intentan envenenar nuestra patria mientras más de 100.000 estadounidenses mueren cada año por sobredosis”, dijo, y añadió que Trump estaba “cumpliendo su promesa de enfrentarse a los cárteles y eliminar estas amenazas a la seguridad nacional para que no asesinen a más estadounidenses”.
Después de que las fuerzas estadounidenses bombardearan una embarcación el 2 de septiembre, Trump dijo que quienes iban en ella eran miembros del Tren de Aragua, una banda venezolana, y que transportaban drogas en aguas internacionales.
The New York Times informó posteriormente que la embarcación había alterado su rumbo y parecía haber dado la vuelta antes de que comenzara el ataque porque las personas que iban a bordo habían visto que les seguía un avión militar.
El gobierno venezolano no ha revelado casi ninguna información sobre los 11 hombres, y ha afirmado que un video del atentado era falso.
La gran mayoría de la cocaína de América Latina procede de Colombia, Perú y Bolivia, y casi ninguna se produce en Venezuela. Aunque parte de la cocaína que se dirige a Estados Unidos sale de América del Sur por el Caribe, que limita con Venezuela, la mayor parte sale por el Pacífico, que limita con Colombia, Ecuador y otras naciones, según datos de Colombia, Estados Unidos y Naciones Unidas.
Según los datos públicos más recientes de la Administración para el Control de Drogas, alrededor del 74 por ciento de los envíos de cocaína en 2019 se transportaron a través del Pacífico, principalmente desde Colombia y Ecuador, en comparación con el 24 por ciento a través del Caribe.
La cocaína es una droga peligrosa que puede generar graves consecuencias, según los expertos en salud pública. Pero el fentanilo tiene una tasa de sobredosis mucho mayor. Venezuela no desempeña casi ningún papel en la producción y el comercio de fentanilo, que se produce casi en su totalidad en México con sustancias químicas importadas de China, según la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos, el Departamento de Justicia y el Servicio de Investigación del Congreso.
Muchos especialistas jurídicos, entre ellos juristas militares de alto rango retirados, han calificado de delito que Estados Unidos mate sumariamente a presuntos contrabandistas como si fueran combatientes en tiempos de guerra, en lugar de detenerlos y juzgarlos en un tribunal penal. El narcotráfico no es un delito punible con la muerte en Estados Unidos, y el Congreso estadounidense no ha autorizado una guerra contra los cárteles.
Al ordenar los ataques contra las personas a las que acusa de narcotráfico, Trump ha utilizado al ejército de una forma que no tenía precedentes ni fundamentos jurídicos claros, afirman.
La Casa Blanca no ha proporcionado una justificación jurídica detallada de los ataques, pero ha sugerido que el uso de la fuerza militar letal estaba permitido en virtud de las leyes de los conflictos armados para defender al país de las drogas porque, según el gobierno, 100.000 estadounidenses mueren anualmente por sobredosis.