Knut Pani invita al espectador a “habitar” sus paisajes

Knut Pani invita

“Mi trabajo busca el azar, la espontaneidad, la sorpresa del material”, comenta en entrevista el artista visual mexicano Knut Pani (1956). “He llamado a mis obras paisajes mentales, que buscan la introspección de uno mismo”.

El pintor y escultor está convencido de que “lo que creas es siempre un enfrentamiento contigo, un indagar respuestas de tu vida. Mis piezas son relatos que buscan mecanismos internos. Son juegos utilizando los medios y el material que tienes a la mano para expresar una cuestión interior”.

Unas 36 obras de mediano y gran formato, entre pintura, escultura y obra gráfica, la mayoría confeccionada durante 2024 y 2025, integran la exposición Habitar el paisaje que se inaugura el sábado 6 de septiembre a mediodía, en la galería del Seminario de Cultura Mexicana.

El título de la muestra responde a la idea de que el espectador interactúe con las piezas. Es una invitación a que se integre al paisaje, que lo habite al observarlo. Siempre he estado en contacto con la poesía escrita, deseo una poesía palpable”, agrega.

El egresado de la licenciatura en Bellas Artes del Art Center College of Design, de Pasadena, California, dice que explora la relación entre color, textura y composición para evocar atmósferas visuales que trascienden lo tangible.

Mi hacer es muy fluido y espontáneo. Voy y vengo por los cuadros. Trabajo en muchos a la vez. Incluso paso de la escultura al grabado o a la pintura. Soy muy impaciente y brinco de un lado a otro”.

Quien considera a Mathias Goeritz como su maestro detalla que, al principio de su carrera, era figurativo, estridente y muy urbano. “Pero me mudé al campo, a Tequisquiapan (Querétaro), y se fue diluyendo la figura. Poco a poco hubo una transición a la abstracción. El entorno rural me trajo la necesidad de eliminar la figura”.

Indica que los retos del abstracto hoy son “salir de la realidad, de tu entorno, para verte por dentro. Da más libertad, pero es un reto brutal porque es complicado llegar al momento del logro”.

El hijo del arquitecto Mario Pani (1911-1993) confiesa que lo que más valora es el proceso creativo. “El resultado es eventual, lo vital es cómo vas peleando con la pieza, cómo vas logrando tu objetivo, la identidad de las texturas, la composición de los objetos”.

A punto de cumplir 69 años, Pani destaca que trabaja “con una gran libertad y explorando y la confianza que dan los años. Pero nunca acabaré de aprender ni de descubrir. No dejo de inventar la pólvora a cada rato, y descubrir el hilo negro. Te encuentras cosas sorprendentes. La obra es como un puente”.

Habitar el paisaje, su regreso a las galerías de la Ciudad de México tras un lustro de ausencia, se exhibirá hasta el 2 de noviembre.