Kaoru Watanabe, crean diálogo sonoro entre tradiciones

La música que desarrolla el compositor e instrumentista japonés Kaoru Watanabe apuesta por la conexión de ritmos y fronteras sonoras, por la improvisación y por fusionar la cultura japonesa con el jazz contemporáneo y la música experimental, tal como lo hace en Bloodlines Interwoven, proyecto que estrenará en México el 12 de octubre, en el Teatro Juárez, en el marco del 53 Festival Internacional Cervantino (FIC).
Este proyecto, concebido como un diálogo entre músicos de diversas latitudes, que integra distintas lenguas, tradiciones, ritualidades, costumbres y filosofías crean un nuevo lenguaje musical, dice Watanabe en entrevista con Excélsior, quien reconoce una influencia directa de la música tradicional japonesa, del Teatro Kabuki y del jazz, en especial de figuras como John Coltrane, Miles Davis y Stevie Wonder.
“Bloodlines Interwoven es un proyecto que crea nuevos sonidos a través de combinaciones innovadoras, de instrumentos y estilos diversos y de la genialidad de los compositores involucrados; es casi como un nuevo lenguaje musical que resuena en cada público de diferentes maneras”, expone.
El resultado, abunda el también percusionista, son piezas que transitan de lo más íntimo y suave hasta lo agresivo, rítmico y casi bailable. “Lo vital de este proyecto es pensar en el diálogo original que tenemos los músicos antes de crear la música y compartirla con el público”.
¿Cómo es el proceso creativo de Bloodlines Interwoven? “Lo primero que hacemos al reunirnos no es sacar nuestros instrumentos y empezar a crear música, porque todos los músicos tenemos orígenes muy diversos en cuanto a nacionalidad, herencia, etnia, raza, género y edad; todos venimos de lugares muy diferentes.
“Les pido a los músicos que hablen del origen de sus padres, sus abuelos… y en ese proceso aprendemos sobre historia mundial. Luego empezamos a improvisar música juntos y a encargar a cada artista que escriba música para ese grupo de personas. Es una forma muy distinta de crear y el resultado es esta música que abraza la voz individual de estilos, de músicas y orígenes distintos que se unen de manera orgánica”.
¿Cómo inició su búsqueda en la música? “Para mí, no empezó como una búsqueda. Mis padres son músicos, todo fue como caminar y hablar. Hacer música fue parte de mi crianza. Luego aprendí más sobre su papel en la sociedad. Al tener padres japoneses y viviendo en Estados Unidos, pronto comencé a reconectarme con mi propia herencia.
“La exploración sonora fue un viaje personal al estudiar música clásica occidental, jazz afroamericano y, luego, profundizar en la música japonesa, en sus instrumentos y sus artes escénicas. Mi viaje ha sido amar la música, pero también explorar mi herencia, mis raíces y mi identidad”.
¿Cómo observa el tema de la migración como fenómeno social? “Como hijo de inmigrantes, compartir y difundir la cultura es algo muy hermoso y es distinto a robarla. La inmigración es algo que no debe ser vilipendiado, sino que debe aceptarse y celebrarse. Reconozco que no es un proceso simple y que a menudo es doloroso, pero conduce al crecimiento y a una sociedad mejor”.
“Aceptar y comprender esas divisiones e intentar encontrar sus cualidades esenciales es algo que siempre me ha interesado mucho. Yo me dedico a explorar la música japonesa y es posible que alguna se considere antigua, aunque es muy reciente o que escuchen algo y suene nuevo, pero es antiguo. La música se transforma constantemente y nuestro trabajo es aclarar qué es el arte para nosotros y presentarlo al mundo”.
Por último, el compositor, que ha colaborado con figuras como Wes Anderson, Mikhail Baryshnikov, Jason Moran y Yo-Yo Ma, asegura que la belleza de la música está en su naturaleza y en su multidimensionalidad, lo que significa que toda obra tiene distintas lecturas.
“Depende de la letra, del ritmo y de la canción, pero para algunos la música es algo divertido que les apetece bailar. Para otros, al escuchar la letra, encuentran una historia más profunda. La música puede ser una herramienta para motivar algo o para hacer declaraciones políticas, para crear solidaridad o división. Para mí, la música es una fuerza poderosa que no tomo a la ligera ni la doy por sentado”, concluye.