Ana Luisa Peluffo, la pionera del desnudo artístico en el cine mexicano, cumple 96 años

Ana Luisa Peluffo, una de las figuras más emblemáticas de la Época de Oro del cine mexicano, cumple este 9 de octubre 96 años. Nacida en Querétaro, estado donde reside desde hace mucho tiempo, la actriz es recordada no solo por su imponente belleza y su talento en más de 200 películas, sino por un acto de valentía que marcó un hito: protagonizar el primer desnudo integral en la pantalla grande nacional.
El hecho ocurrió en 1955, bajo la dirección de Miguel M. Delgado en la cinta “La fuerza del deseo”. Peluffo interpretó a Silvia, una modelo que usa su belleza para enloquecer a dos hombres, Ricardo (Abel Salazar) y su maestro (Armando Calvo), desencadenando un conflicto trágico. Su decisión de aparecer desnuda generó opiniones encontradas y un escándalo inmediato entre el público y la prensa de la época.

Para la actriz, sin embargo, fue un acto completamente natural y artístico. Gracias a su formación en artes, Peluffo siempre defendió que su desnudo fue “estático y estético, sin provocación, como la modelo de un pintor”. En diversas entrevistas, ha recalcado que no fue obligada por nadie y que lo hizo sin morbo, solo con arte.
“En la calle me reclamaban: ‘¡Qué barbaridad, qué desvergüenza!’. Mi padre se escandalizó y pensó que lo había hecho por una necesidad económica extrema”, recordó la artista. “Pero mi madre le explicó que había sido una decisión mía”.

El impacto fue tal que la catapultó a la fama de la noche a la mañana. Los empresarios teatrales la consideraron una mina de oro, ya que el público llenaba los teatros donde se presentaba. Pero más allá de la polémica, Peluffo repitió la experiencia en cintas como “El seductor” (1955), “La ilegítima” (1956) y “La Diana Cazadora” (1956), filme cuyo promocional anunciaba que era “únicamente para adultos” y donde, se leía en el cartel, “los cuerpos de las mujeres… valientemente [fueron] expuestos en todo su esplendor”.
Lo que para muchos fue un escándalo, para ella se convirtió en un pasaporte al reconocimiento internacional. “También me llovieron felicitaciones y, lo más importante, se abrió un mercado para el cine mexicano en Europa y pude filmar en Italia, España e Inglaterra”, reconoció la actriz. “Esas películas quitaron las vendas de nuestro cine y se hizo más realista”.

Más allá de su trayectoria cinematográfica, Ana Luisa Peluffo atesora una vida de versatilidad: fue nadadora, bailarina acuática y pintora. A sus 96 años, disfruta de una vida tranquila en Querétaro, alejada de los reflectores, pero ocasionalmente se deja ver en fotografías con colegas que comparten los recuerdos en redes sociales.
Ana Luisa Peluffo no solo fue una estrella; fue una pionera que, con convicción y elegancia, desafió los cánones de su tiempo y allanó el camino para las generaciones futuras, dejando un legado imborrable en la historia del cine mexicano.