Abre al público la tumba de Amenhotep III, una de las más grandes de la necrópolis tebana

Abre al público

Amenhotep III es uno de los faraones más importantes del antiguo Egipto. Y también uno de los más longevos. Su reinado duró 38 años, entre 1390 y 1952 a.C., y está considerado uno de los más prósperos de la historia de Egipto. Amenhotep III fue asimismo un gran constructor. A él debemos el templo de Luxor, en Tebas, así como su grandioso templo funerario en la orilla occidental del Nilo, del que solo quedan en pie los famosos Colosos de Memnón.

Tras su muerte se hizo enterrar en una fastuosa tumba (WV22), una de las más grandes de la necrópolis tebana, que está localizada en el lado occidental del Valle de los Reyes, un lugar que se conoce como Valle de los Monos. La tumba fue descubierta en 1799 por Prosper Jollois y Édouard de Villiers du Terrage, dos ingenieros que formaban parte de la expedición napoleónica a Egipto y que comprobaron que la tumba ya había sido saqueada en el pasado.

Ahora, la tumba de Amenhotep III ha recuperado su pasado esplendor gracias a un proyecto internacional liderado por expertos japoneses en el que han intervenido 260 especialistas entre restauradores, investigadores y técnicos especializados.

Todos ellos han trabajado teniendo en cuenta, en palabras de la directora regional de la Unesco, Nuria Sanz, “el nivel más alto de estándares internacionales para la conservación integrada”.

Una delicada restauración

Tras la finalización de esta compleja tarea, las autoridades egipcias han podido por fin abrir al público la tumba del célebre faraón tras más de dos décadas de minuciosa restauración. Esta laboriosa tarea ha permitido recuperar los pigmentos originales, así como relieves e inscripciones. “Nuestra prioridad ha sido preservar la integridad de los pigmentos y de los soportes originales”, ha declarado el responsable de los trabajos.

A día de hoy, la estructura de la tumba sigue siendo impresionante. Consta de un pasadizo descendente de 36 metros de largo y 14 metros de profundidad que conduce hasta la cámara funeraria, que está conectada con dos estancias anexas destinadas al reposo eterno de dos reinas: Tiy, Gran Esposa Real del faraón, y Sitamón, hija y también esposa del soberano.

Las escenas representadas en los muros de la tumba, que no está completamente decorada, muestran al faraón junto a diversos dioses. Por su parte, la cámara funeraria (en el centro de la cual se alza el imponente sarcófago de granito del faraón) está decorada con pasajes del Libro de los muertos (una colección de hechizos destinados a guiar a los muertos a través del inframundo).

Gracias a esta restauración, los visitantes podrán contemplar al detalle la gran riqueza cromática de los murales, que muestran la cosmovisión y la espiritualidad imperantes durante la dinastía XVIII del Reino Nuevo, cuando gobernó Amenhotep III.

Mohamed Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, ha subrayado que “esta reapertura no solo es un hito arqueológico, sino también un impulso cultural y económico para Luxor, considerada el mayor museo al aire libre del mundo”.

“La iniciativa se enmarca además en la estrategia de nuestro país para revitalizar el turismo patrimonial, coincidiendo con la próxima inauguración del Gran Museo Egipcio en Giza”, concluye Khaled.